
Unidad frágil en el peronismo
En medio de fuertes discusiones y reproches cruzados, el peronismo bonaerense logró evitar una ruptura abierta tras una jornada cargada de tensión que se extendió hasta altas horas de la madrugada. Recién cerca de las tres de la mañana, los distintos sectores en pugna alcanzaron un acuerdo que permite presentar listas únicas, aunque sin resolver las diferencias de fondo.
El principal foco de conflicto giró en torno a la distribución de lugares en las listas legislativas. Por un lado, el espacio de Axel Kicillof buscaba mayor protagonismo en las definiciones, mientras que La Cámpora, con Máximo Kirchner al frente, defendía sus espacios de poder con firmeza. Las discusiones escalaron rápidamente y hubo momentos en los que la ruptura parecía inevitable.
Sergio Massa actuó como mediador y fue clave para encauzar la negociación. Su intervención permitió destrabar varios puntos críticos y acercar posiciones, aunque no sin costos internos. Muchos dirigentes quedaron disconformes, y la desconfianza persiste dentro de la coalición.
Finalmente, se repartieron las principales candidaturas entre las figuras más fuertes del espacio. Aunque se logró la foto de unidad, el cierre dejó cicatrices evidentes. Con el calendario electoral en marcha, el peronismo enfrenta ahora el desafío de sostener la cohesión interna en una campaña que promete ser compleja, y donde los desacuerdos podrían reaparecer en cualquier momento.